Qué rico! Si conseguimos darle el punto justo de cocción para que quede firme por fuera y líquido por dentro, este postre es una auténtica delicia.
Necesitamos:
- 225 gr. de chocolate (yo usé valor puro)
- 150 gr. de mantequilla
- 8 huevos
- 150 gr. de azúcar
- 125 gr. de harina
- 25 gr. de cacao en polvo sin azúcar
Mi modo de hacerlo:
Empezamos por
fundir el chocolate junto con la mantequilla a fuego suave para que no se
queme. Apartamos y dejamos que pierda calor. Por otro lado, tenemos la harina
tamizada junto con el cacao.
Batimos con varillas
eléctricas los huevos junto con el azúcar, al menos 10 minutos, hasta que tenga
una consistencia de crema suave y haya aumentado de volumen entre 3 ó 4 veces.
Dejamos la varilla
eléctrica y con una manual o una espátula, vamos incorporando la mezcla de
chocolate y mantequilla, echándola poco a poco y mezclando con suavidad.
Finalmente,
añadimos la mezcla de harina y cacao.
Cuando esté todo bien
integrado, repartimos en moldes, los metemos en la nevera y dejamos reposar
unas cuantas horas antes de hornearlos.
Cocemos en horno
precalentado a 220 grados unos 9-10 minutos.
Notas:
Se pueden congelar
y hornear directamente, para ello aumentaremos el tiempo unos 4-5 minutos más.
Para no tener
problemas a la hora de desmoldar, lo que hago es recortar unos moldes de
magdalena y poner el círculo de papel que queda en el fondo del molde, así
simplemente pasamos un cuchillo alrededor y saldrán solos.
El chocolate que
utilicé es el de valor puro.
La única dificultad
que tienen es dar con el tiempo justo de cocción para que queden casi líquidos
por dentro, pero que mantengan la forma. Cuestión de probar y apuntar el tiempo
y temperatura exacta en nuestro horno.
Quedan genial acompañados
de una bola de helado.
En cuanto a los moldes, yo usé unas flaneras que tengo de acero, pero se pueden utilizar los de papel aluminio de un solo uso.